Vencer la pereza. Para vivir y no sobrevivir

Descripción

«Vencer la pereza. Para Vivir y no sobrevivir» es un libro escrito por Leoluca Pasqua que hace notar que la pereza no hace vivir, tan solo permite sobrevivir, y por eso hay que afrontarla con seriedad y conocer las causas, las manifestaciones y los efectos que produce no solo en la persona, sino en toda la sociedad.

Hay definiciones de la pereza que resaltan los aspectos negativos: parálisis, tedio, ansiedad del corazón; enfermedad perniciosa; atonía del alma; enfermedad oscura; peligro para la vida; enfermedad de nuestro tiempo, etc.

Pero no hemos de olvidar tampoco las consecuencias positivas de la pereza, reflexión que, con el paso de los años, se ha ido haciendo cada vez más rica e interesante.

En este sentido se habla de la pereza responsable, sana, fecunda, fruto de una decisión voluntaria, que no tiene causas remotas bien definidas, sino que está motivada fundamentalmente por la exigencia de encontrar un espacio de reposo para uno mismo.

Hay dos tipos de pereza: una degenerativa y otra generativa. La pereza de la que se habla en estas páginas es la de tipo degenerativo, que presenta aspectos más problemáticos y sutiles, que perjudica y que, con su potencial negativo, incide profundamente en la vida de una persona, hasta nublar su consciencia y afectar a todos los ámbitos de su existencia.

Por lo tanto, a la luz de dichas consideraciones, se define el rostro de la pereza, de comprender cómo se manifiesta y cuáles son sus causas principales.

Y también se habla de la pereza espiritual, leída principalmente a la luz de las enseñanzas bíblicas, pero también de los testimonios de los grandes maestros espirituales que, a lo largo de los siglos, han contribuido con sus escritos y sus reflexiones a definirla aún más, comprendiéndola como un grave obstáculo que hay que superar para poder progresar en el camino espiritual.

Por último, se propone un itinerario de curación en el que se indican algunos posibles remedios para superar las consecuencias que produce la pereza, para recuperar las razones de nuestra vida, el gusto y la alegría por la vida.