COMO EL PEZ QUE ESTÁ EN EL MAR. La mística, lugar del encuentro escrito por Antonietta Pottente y editado por Paulinas, Madrid 2018; Páginas 152.
La mística parece ser algo inasequible, pues solo la pueden experimentar algunas personas elegidas que, mediante una vida ascética, llegan a unos niveles de trascendencia más allá del alcance de la mayoría de la humanidad. Sin embargo, la autora afirma que la mística está abierta a todos y que es el lugar del encuentro con el Misterio en medio de nuestra vida cotidiana.
Autora
Antonietta Potente nació en Liguria y pertenece a las Hermanas Dominicas de Santo Tomás de Aquino. Después de obtener un doctorado en Teología Moral, enseñó en Roma y Florencia. Vivió en Bolivia, donde enseñó en la Universidad de Santa Cruz y Cochabamba, compartió su vida con una familia de etnia aymara y apoyó procesos de desarrollo y autodeterminación.
Durante cuatro años formó parte de la comisión teológica de la CLAR (Confederación Latinoamericana de Religiosos/as). Actualmente reside en Turín y continúa realizando su enseñanza en diferentes centros de estudio.
Como el pez que está en el mar
Este libro se divide y está compuesto no en capítulos, sino en diálogos, pues solo a través de conversaciones con amistades de la autora, con las que ha tenida íntima relación a lo largo de su vida es como nos presenta el tema de la mística, como posibilidad de búsquedas todavía más profundas e imaginativas.
Como siempre sus textos no siguen los itinerarios clásicos: introducción, contenido o cuerpo del texto y conclusión. Pero lo más importante es el corazón del texto, donde se desarrolla el tema y se crea la trama principal, que se podría sintetizar así: «La mística es la intensidad de la vida o la Vida que subyace detrás de la vida. Es la experiencia del caminar profundo de cada uno de nosotros en la existencia sencilla y cotidiana».
La mística, lugar del encuentro
Está claro que el texto no es una historia de la mística. El texto está escrito como una pequeña contribución para quien no se cansa de escrutar la vida, su esencia y, sobre todo, de embellecerla. La mística parece deberse a una dulcísima inhabitación; es el eje transversal que subyace a nuestros movimientos.
Los diálogos de los que se compone el libro:
En el primer diálogo se desarrolla sobre la mística; la primera pregunta que podemos hacernos es: ¿Qué es la mística? ¿Qué significa?
El segundo diálogo es una especie de itinerario histórico. La finalidad es encontrar en la mística un hilo común que sustenta la vida de los pueblos, de sus cosmovisiones religiosas y culturales.
Tercer diálogo es la legítima pregunta sobre el «Nombre» de quien inhabita la vida. Si somos un poco humildes y familiares con la realidad, la respuesta queda abierta. El misterio es tan grande que solo el lenguaje de los pájaros lo puede revelar.
El cuarto diálogo es en torno a la legítima duda sobre la existencia y sobre el ser o no ser creyentes. No se trata de un diálogo filosófico sino existencial que no lleva a conclusiones y anatemas, sino a incesantes búsquedas en la realidad, habitada por cuerpos y materia.
En el quinto diálogo es como si nos preguntáramos: ¿Para quién es la mística? ¿Y dónde se vive? La respuesta es la revelación de la cotidianidad luminosa, a pesar de la noche: es para aquellos que transforman los lugares.
El sexto y último diálogo es sobre las prácticas, para avanzar en la vida de unión. La propuesta no es el camino progresivo sino la danza, el eje vertical es el centro de gravitación de la danza, es Invisible; solo la memoria y el amor lo hace Presente.
No es una coincidencia que los diálogos sean seis. El séptimo se deja para respirar, según el ritmo de cada uno de los lectores.
Destinatarios
El libro va destinado a todo tipo de público.
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