El Pastor nos llama por nuestros nombres
En el evangelio de hoy las palabras de Jesús resuenan con fuerza; Él es el Pastor, es quien nos llama por nuestros nombres y nos abre la puerta para entrar a las nuevas praderas de su Reino, para que así “tengamos verdadera vida y la tengamos en plenitud”. El cuidado de sus fieles no se reduce a guiar, hablar y enseñar, sino que llega a dar la propia vida. El pastor ama a las ovejas con un amor total.
El Pastor ama
Para ilustrar la profundidad de la relación que desea tener con nosotros, Jesús usa ricas imágenes de la vida diaria. Él habla del pastor y sus ovejas, portero y puerta, pastoreo y vida, reconocimiento y salvación. Las palabras contrastantes son: extraños, ladrones y bandidos, matanzas y robos…
La gente no entiende la parábola, y Jesús aprovecha para explicarla y que la entienda mejor la gente: todo debe venir a través de Él para tener vida verdadera. Podríamos reflexionar qué o quién nos impide seguir al Señor.
La voz del Buen Pastor
Nuestra oración nos enseña a reconocer la voz del Buen Pastor. Aprendemos a distinguir la voz del Señor de otras voces que nos atraen. Nuestras culturas nos hablan de manera autoritaria; los publicistas hacen todo lo posible para que su mensaje sea atractivo; las identidades nacionales nos adulan y es fácil que seamos seducidos por otro rebaño.
El tono de voz es muy importante en la comunicación. La verdad puede ser ofrecida como una invitación, o ser escuchada como una realidad dura y molesta.
Reflexionar
Hoy podemos considerar cómo me habla Jesús, llamándome a crecer y a vivir.
¿Es así como yo hablo a los demás? ¿Y a mí mismo?
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Evangelio dominicales ciclo A 4º domingo de pascua
Pastor y oveja perdida dibujar
camino delante de ellas dibujar
!Feliz día de la Madre¡