Los abuelos son nuestra memoria. Mensajes, discursos y homilías de Papa Francisco editado por Paulinas, Madrid 2018 y tiene 96 páginas.
Papa Francisco
El Papa Francisco ha dejado claro en múltiples intervenciones, su cariño hacia los abuelos y abuelas del mundo. Y la necesidad de políticas y realizaciones concretas para que sean cuidados, estimados y convertidos en protagonistas de unas nuevas relaciones intergeneracionales, para recuperar así una serie de valores que ellos han vivido durante su existencia.
Porque el Papa, que fue elegido obispo de Roma a los 76 años de edad, siente por los abuelos la máxima consideración. La convicción de que «el pequeño núcleo familiar no debería aislarse de la familia ampliada». Expresada en Amoris laetitia, es para el Papa mucho más que una máxima filosófica, pues esta ahonda sus raíces en su experiencia personal de vida.
Los abuelos son nuestra memoria
Muchas anécdotas que ha contado, con su peculiar estilo narrativo, afloran particularmente los rasgos de su abuela, recordada con admiración y gratitud, por su gran importancia en el crecimiento humano y espiritual del joven Bergoglio.
En el recorrido de su pontificado, Francisco ha denunciado la actual sociedad individualista y el sistema mundial, centrado sobre el dinero en lugar de la persona, que excluye, margina a quienes considera inservibles, porque no poseen valor económico: los ancianos, junto a los niños y los jóvenes, son las principales víctimas de esta «cultura del descarte», que mutila a la humanidad contemporánea del propio pasado y del propio futuro.
En este contexto, ha puesto énfasis en promover la solidaridad intergeneracional y el encuentro entre jóvenes y ancianos, pues para el papa Bergoglio representa no solo una llamada a la fraternidad y a la justicia, sino un acto de profunda sabiduría: este permite a la familia, pero también a la comunidad civil y a la eclesial –hasta la figura del Papa emérito es comparada a la del «abuelo sabio»– permanecer unida a las propias raíces y utilizar un incomparable patrimonio de experiencia y de humanidad.
Los ancianos constituye un tesoro precioso
Así lo comenta en uno de sus discursos: «La Iglesia mira a las personas ancianas con afecto, gratitud y gran estima. Son parte esencial de la comunidad cristiana y de la sociedad. No sé si habéis oído bien: los ancianos son parte esencial de la comunidad cristiana y de la sociedad. En particular, representan las raíces y la memoria de un pueblo. Vosotros sois una presencia importante, porque vuestra experiencia constituye un tesoro precioso, indispensable para mirar al futuro con esperanza y responsabilidad. Vuestra madurez y sabiduría, acumuladas a lo largo de los años, pueden ayudar a los más jóvenes apoyándoles en el camino del crecimiento y de la apertura hacia el futuro, en la búsqueda de su camino. Los ancianos, efectivamente, testimonian que, incluso en las pruebas más difíciles, no hay que perder nunca la confianza en Dios y en un futuro mejor».
En el libro se tratan importantes temas, como la sabiduría de la vida, la cultura del descarte y del derroche, el diálogo entre las generaciones, los niños aprenden de sus abuelos, la herencia que dejan a los jóvenes, los ancianos como «exiliados ocultos», de la exclusión a la acogida, el encuentro entre los ancianos y los jóvenes, los ancianos, descartados de la economía mundial, árboles que todavía dan frutos, una presencia preciosa para la educación, los ancianos en la sociedad actual, etc.
Esta es, por lo tanto, una magnífica síntesis del pensamiento de Francisco sobre el tema de los abuelos y las abuelas, sin otro comentario que su palabra en sus distintos mensajes, discursos y homilías.
Destinatario
Todos pueden leer este libro…