Traer al centro de la reflexión cristiana los grandes temas del más allá, quiere decir ayudar a las mujeres y los hombres de hoy a vivir el momento presente, lejos de miedos estériles e inútiles sentidos de culpa para pasar de la existencia a la vida en plenitud.
Jesús no ha venido a prometernos o a mostrar la existencia de un más allá, sino a hacer posible el vivir con sentido el aquí. Porque nuestro Dios «¡no es un Dios de muertos, sino de vivos!».Comprar