Bianchi, Enzo, El arte de elegir. El discernimiento, Sal Terrae, Cantabria 2018, 133 pp.
Autor
Bianchi, fundador de la comunidad monástica de Bose, ha escrito varias obras sobre la espiritualidad en la Tradición de la Iglesia. Inspirándose en las palabras del Papa Francisco, el autor explica claramente en qué consiste discernir en la relación familiar.
El discernimiento
Discernir es una cualidad del alma. Es esencial a todo cristiano para conocer y obrar en conformidad con el sueño de Dios. En todas las personas hay una subjetividad irrenunciable que siempre debe ser reconocida y respetada. Asumir la propia condición humana es reconocer los límites personales. Pensar requiere un entrenamiento cotidiano.
Según las Escrituras, todo hijo de Adán oye una voz en el fondo de su corazón que le motiva. El don del discernimiento – según los Hechos de los Apóstoles- es personal y comunitario. El Espíritu Santo es el maestro de la unidad de las diferencias. Todas las personas pueden educar su corazón y evitar que se convierta en un corazón enfermo. Las facultades intelectuales son iluminadas por la escucha de la Palabra de Dios. Adquirir un tacto espiritual es reconocer las razones por las que vale la pena gastar la vida. Del mismo modo que una acción puede ser buena o mala, así sucede en la conciencia.
El arte de elegir
Según la Tradición de la Iglesia, la conciencia es el lugar donde se escucha la voz de Dios. Su llamada invita a la creatividad, a la profecía y a la realeza. El adolescente va aprendiendo a elegir cómo desea vivir. Reconocer su lugar en el mundo dentro de una cultura que le ha marcado con unos rasgos especiales. Vivir es una aventura. El oficio de vivir es fatigoso, pero puede ser bello y feliz si se reconocen los deseos. Dios llama a cada persona a una misión personal, cómo llamó a Adán: Ser humano ¿dónde estás? (Gn. 3,9).
Toda experiencia se inserta entre un antes y después. La novedad de Dios es la nueva creación. Las Escrituras nos cuentan como Pedro siendo pescador de peces se convierte en pescador de hombre cuando Jesús le llama. Pablo explica que Dios llama en la debilidad, en los límites personales.
Don del discernimiento
El don del discernimiento es reconocer que Cristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. Dios ensancha el corazón humano y le anima a vivir sin miedo. Educar en conciencia es meditar la presencia de Dios en todo momento. Orar para no caer en la tentación y no olvidar que el Amor de Dios inunda a cada persona en lo profundo de su corazón. Es preciso tomar una decisión y reconocer que Dios desea que el hombre llegue a su propia vocación humana.
Conclusión
En un libro sencillo para aprender a discernir y descubrir la presencia del Espíritu Santo en el interior de cada lector. Lleno de consejos útiles y valiosos para cualquier persona. Una obra sencilla y fácil de leer donde se puede aprender a contemplar el amor de Dios en los pequeños detalles de la vida cotidiana.
Marta Sänchez