Las Agendas de Angelo Giuseppe Roncalli relatan, con mucha naturalidad, lo más importante de lo que le ha sucedido cada día. Allí no solo deja constancia de los hechos más significativos sino que, a través de lo que va aconteciendo, refleja también lo que Dios ha realizado a través de su humilde siervo, confirmando uno de los pilares colocados desde el principio como fundamento de su itinerario espiritual: «Dios lo es todo; yo no soy nada». «Yo no vivo más que para obedecer a las indicaciones de Dios».
Estas Agendas conservan el fresco testimonio del amor del Señor reflejado en las obras de misericordia, tanto corporales como espirituales, con las que hacía de su testimonio de obispo, diplomático y sucesor de Pedro una fuente a la cual pueden acudir todos.