Vía crucis, camino de amor

Vía crucis, camino de amor escrito por Gianni Mattia y editado por Paulinas, Madrid 2019, páginas 36.

Este vía crucis nos ofrece una perspectiva distinta a la habitual; invitándonos a no quedarnos paralizados por el dolor y su contemplación pasiva, para convertirlo en un camino de amor, recibido y entregado.

Autor

Gianni Mattia fue ordenado sacerdote en 1997, ejerce como Capellán del Hospital Vito Fazzi de Lecce (Italia). Fundador y presidente del CORAZÓN de voluntarios y las manos abiertas para quien sufre. Es Payaso misionero, portador de la alegría de la Asociación «Vivimos en Positivo» de Turín. Es Licenciado en Teología y en Pastoral de la Salud desde 2003.

Camino de amor

El camino de la cruz nunca es fácil de aceptar, pero si lo recorremos y experimentamos como un camino de amor, el resultado es muy distinto. Porque Dios siempre se hace nuestro compañero de viaje en el dolor, envolviéndonos con su abrazo de amor.

Si no nos dejamos vencer por el sufrimiento inevitable que nos acompaña en nuestro día a día, la cruz toma otro cariz y vuelve a florecer en la esperanza cierta de un Dios, Padre y Madre, que nunca nos abandona.

Por lo tanto, en este libro se nos invita a meditar en el camino de la cruz que se transforma en un camino de amor. Llegando también a ser un camino de esperanza para nosotros y para todas las personas que encontramos en el sendero de nuestra vida.

Solo en aquel Crucificado, Jesús de Nazaret, nos sentimos amados y acogidos. Nadie puede mirar aquella cruz y sentirse indiferente ante aquel dolor.

Porque es el dolor de un amor que se dio en aquel momento histórico, pero que lo podemos convertir en don, oración, acogida y co-participación. Sabiendo además que Dios está allí y nos espera.

Vía crucis

En este Vía crucis hay muchos interrogantes indirectos para nuestra vida, para dar un giro a la misma y para marchar decididos en el camino hacia la cruz cotidiana. En la cruz nos reencontraremos todos como hermanos y compañeros.

Todas las personas que oren con este Vía Crucis, sentirán que pueden subir con Jesús a la cruz, llenarse de su amor y acompañarle, encarnarle en la vida diaria y en el compromiso por ayudar a construir un mundo sin crucificados.

Solo entonces se llenarán de pasión, fuerza y esperanza: el dolor se transformará dando lugar a torrentes de amor.

No tenemos nada que temer. Digamos como Jesús en la cruz: en ti, Padre bueno, confiamos, en tus manos dejamos nuestros sufrimientos y preocupaciones, seguros de que tú nos ayudarás a amar cada día más. Y así todo irá bien.  

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