Vía crucis de la vida

Vía Crucis de la vida escrito por Julia Merodio Atance y publicado por Paulinas, Madrid 2020; Páginas 36.

Este Vía crucis de la Vida nos invita a dejarnos sorprender por Jesús, que camina cada día a nuestro lado, para dar otro sentido a las cruces de los demás y a la nuestra, para llenar nuestra existencia de plenitud y vida.

Autora: Julia Merodio Atance

Julia Merodio Atance es diplomada en Magisterio e Informática. Ha sido durante ocho años secretaria de las «Comunidades de Vida Cristiana» en España, y ocho años más ha llevado el secretariado de las mismas. Ha desarrollado una intensa labor pastoral como catequista, formadora de cursillos prematrimoniales, responsable de liturgia y de grupos de oración. Asimismo ha sido voluntaria de Cáritas. Pertenece, junto a su marido, desde hace más de cuarenta años a la Comunidad de Matrimonios Nazaret. Colabora en varias revistas y en distintas páginas web. En Paulinas ha publicado varios libros.

Vía crucis de la vida

Al adentrarnos en este vía crucis nos daremos cuenta que, ninguno de los que acompañaron a Jesús en los momentos más duros de su Pasión, volvió a su casa tal como había llegado: ni los verdugos, ni los poderes que lo condenaron, ni la muchedumbre… ¡Nadie! Todos, de una u otra forma, tuvieron experiencias inexplicables, sentimientos desconocidos y emociones inesperadas.

Porque, como dice Jesús en el evangelio, la revelación la da el Padre a quien se abre a Él con confianza y, para recibirla, tan solo se necesita ser sencillo y humilde.

Por lo tanto, esas son las actitudes que hay que mostrar para recorrer este vía crucis junto a Jesús, para poder penetrar en los sentimientos de vida que despertó en las personas que lo vivieron a su lado. Y para que también nosotros seamos capaces de vislumbrar y, en la medida de lo posible, experimentar lo que significa vivir ‒junto a Jesús‒ nuestro propio vía crucis.

Jesús en su camino hacia la Cruz

En este nuevo vía crucis de Julia Merodio son varios los personajes del Evangelio que,  aunque ya aparecen en otros pasajes, se hacen presentes sobre todo en los de la Pasión.

Algunos de ellos van a sentir algo tan profundo en el encuentro con Jesús, en su camino hacia la Cruz, que va a remover intensamente sus conciencias y su sentimiento de responsabilidad ante este hecho.

Otros, en cambio, reavivaron el anhelo de vivir más de cerca el mensaje que Jesús les transmitió, con su vida de entrega por los demás, haciendo la voluntad de su Padre Dios.

Por eso, orar con este Vía Crucis, no debería ser una devoción más para rellenar nuestra Cuaresma, sino que tendría que ser algo especial. Para que dé fruto en nuestras vidas.

La vida a la luz de la Resurrección

Porque nosotros, los discípulos de hoy, seguidores de Jesús, tenemos la inmensa suerte de haber creído en su Resurrección. Por eso no podemos sentir el vía crucis como una derrota de un hombre santo y justo, sino contemplar su muerte pero, sobre todo su vida, con otra mirada a la luz de su Resurrección.

Tenemos que acoger esta buena noticia como una realidad viva, que no quita nada del dolor, el sufrimiento y el desconcierto de la existencia, sino que lo asume, lo afronta y lo deja confiadamente en las manos de Dios, la verdadera Vida que vence a la muerte.

Jesús no aceptó la cruz para darnos compasión, sino por fidelidad a su compromiso vital, para devolver la dignidad a cada hombre y mujer que, en su naturaleza vulnerable, cae, pero tiene la posibilidad de levantarse también cada día.

Este mensaje, por lo tanto, no es de tristeza, sino de esperanza, porque el Dios de Jesús no es un Dios de muertos sino de vivos. Es Amor y Vida en plenitud.

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2 comentarios en «Vía crucis de la vida»

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