En el calor de la fraternidad, junto al altar, las Hnas. Almudena, Amalia y Fátima celebraron la acción de gracias por sus 50 y 60 años de vida consagrada, el 25 de junio de 2017, en la capilla de las Hijas de san Pablo, Madrid.
La celebración de la Eucaristía fue presidida por el Padre Miguel Carmen, de la Sociedad de san Pablo. En su homilía subrayó las palabras del Papa Francisco e invitó a las festejadas a hacer “la memoria del pasado, tener coraje en el presente y esperanza en el futuro”.
Bodas de oro y de diamante
Celebrar las “Bodas de oro” y los diamantes de vida consagrada es seguir diciendo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Celebrar los aniversarios es una buena ocasión para dar gracias por el don de la vocación, gracia por el don de Dios que invita a una misión para continuar el proyecto de vida de amor a Dios, y seguir tejiendo la verdadera existencia de fe en su promesa: “El que pierda la vida por mí, la encontrará”.
Las tres hermanas han renovado su “SÍ” a Dios con ilusión y agradecimiento al Señor que las acompaña en cada momento. La ceremonia fue acompañada por las hermanas de la delegación.
Voces de las festejadas…
El Señor me llamó a su seguimiento y no me ha abandonado nunca. Y, a pesar de mis limitaciones y flaquezas, sigue acompañándome con sus gracias y dones, para que pueda cumplir con fidelidad y generosidad la misión que Él mismo me ha confiado.
Cuando miro hacia atrás, me admiro de cómo el Señor me ha guiado siempre, y en todos estos años he sentido cómo su Espíritu me ha ido trazando caminos, en el servicio al Evangelio con los medios de comunicación social en la Iglesia. Los caminos del Señor siempre nos llevan al encuentro con los demás, en un descubrimiento gozoso de sentirlos hermanos y hermanas.
Al cumplir los 50 años de profesión doy gracias al Señor por todas las bendiciones y dones recibidos. Gracias a mi familia que me ha acompañado a lo largo de estos años. Gracias a la congregación por su riqueza de espiritualidad y por el apostolado en el que participo. Gracias a todas las hermanas que me han acompañado y con las que he convivido en fraternidad y oración. Le doy gracias a Dios por su amor y misericordia que ha tenido para conmigo.
Hoy con corazón agradecido puedo decir que celebrar las Bodas de Oro, lejos de sentir que la vida se escapa, es seguir caminando con paz, sin prisas, pero sin pausas, con una comprensión creciente hacia todos y con mucha compasión, por eso con alegría inmensa entono, como María, el Magníficat. Proclama mi alma la Grandeza del Señor, exulta mi espíritu en Dios mi Salvador…
Celebrar las Bodas de Oro es seguir diciendo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Gracias, Señor, Gracias María. Gracias a todos. Amén.
Hna. Almudena Jiménez
Gracias Señor
Hoy, día 25 de junio, he celebrado los 60 años de mi consagración al Señor. Ha sido un día maravilloso lleno de paz y alegría.
Todas las hermanas se han portado muy bien conmigo.
Gracias Señor por esta maravillosa vocación Paulina.
Gracias a mi madre que me ayudó a seguirla.
Amalia Hernández
Mi alma glorifica al Señor (Lc 1,43)
En estos momentos mi actitud es de agradecimiento al Señor. Siempre me ha sido fiel, a pesar de mis debilidades y flaquezas.
Gracias a todas las personas que me han acompañado durante estos años a seguir en Fidelidad.
Gracias a mis padres, son los primeros que han hecho crecer en mi la Fe.
Agradezco a las hermanas de la Delegación, con quienes he compartido y sigo compartiendo la Vida Comunitaria, la Oración, la Misión.
Gracias por todo lo recibido en la Familia Paulina que me han ayudado a crecer espiritual y humanamente por medio de los Ejercicios Espirituales, Encuentros de Formación y Retiros.
Por todo, muchas gracias a todos/as.
Fátima López
La vida es bella
¡Un día especial, una fecha maravillosa! Una historia que comenzó hace tanto tiempo, con la celebración de los primeros votos religiosos.
Ciertamente, fueron muchos momentos importantes; al final, 50 y 60 años de entrega a Dios Padre que les llamó y camina con ellas, forman varias historias que el tiempo jamás podrá borrar.
Naturalmente, muchas han sido las dificultades, desde los primeros años, la fase de adaptación y de experiencia, pero el sentido común, el diálogo, la comprensión, la lealtad y, sobre todo, la fe y la confianza en Dios las hacen vencedoras.
Creo que a cada desafío el Amor se renovaba y las semillas lanzadas por ellas germinaban y crecían.
La vida es como una rosa, bella, tiene algunas espinas, pero nada que no pueda ser superado por la entrega confiada en las manos de Dios. Así ha sido la vida de nuestras hermanas.
felicidades hermanas.
que lecturas ocuparon? para este día tan importante.
Perdon, no se a que se refiere.