Maestra Tecla tenía una profunda confianza y una total filiación en María, para ella era su Madre y Maestra, aquella que la guiaba hasta Jesús .
De sus escritos: «Soy tuya, oh Madre mía, no soy más mía, no quiero ser más mía. Yo no soy nada.
En tus manos, oh María, la salvación mía, el progreso, los méritos. Todo lo pongo en tus manos. Llévame en tus brazos, soy pobre, soy miserable. Tengo toda mi confianza en ti, oh María, mi esperanza, mi ayuda, mi madre buena. Tú eres la bondad, la piedad, la misericordia, la omnipotencia suplicante. Despójame de mí misma.
Todo lo que tenemos es tuyo. También la congregación es tuya. Tú eres nuestra Primera Maestra, la gran Maestra. Enséñanos, apóyanos, defiéndenos de todo peligro, como lo has hecho hasta ahora.
Y después de este exilio, muéstranos a Jesús, el fruto bendito de tu seno».
«La Virgen hace fácil las cosas difíciles».
(Ven. Tecla Merlo)